Tejados, tuberías y fachadas sufren los mayores desperfectos en invierno. lluvias, vientos, consumo de luz y agua que se dispara… Las consecuencias de la bajada de las temperaturas y los temporales se notan en las viviendas y en los bolsillos de quienes las habitan. Un análisis realizado por especialistas es el mejor diagnóstico previo.
Cada año hay que realizar arreglos de distinta consideración en pisos y casas, desde las ventanas hasta techos y paredes. Los principales puntos de atención que se repiten cada temporada de frío: aislamientos de puertas y ventanas, chimeneas que se atascan, fachadas que se desprenden o agrietan por la humedad y tejados cuyos materiales no resisten el embate del viento.
Esas intervenciones pueden abarcar desde los 90 euros (un cambio sencillo en ventanas) hasta más de 6.000 por una reparación de considerables consecuencias. Un ejemplo del otro lado del Atlántico: sólo en Estados Unidos los problemas derivados de tornados y temporales de invierno cuestan cada año unos 5.000 millones de dólares. Y su coste ha de asumirlo los propietarios.
Los problemas técnicos apuntados se repiten en la mayoría de hogares de España, aunque con diferencias considerables en función de los años con que cuente el inmueble. A partir de los tres lustros de antigüedad, sostienen los expertos en rehabilitación, ya se pueden apreciar los primeros problemas serios en la parte externa de las viviendas.
Los problemas, en todo caso, son más acusados por la humedad, que termina debilitando las paredes y que se puede extender por toda la residencia si no se ataca a tiempo. Ese problema afecta al 54% de los hogares en toda España, debido a filtraciones de agua y lluvia.
Por el contrario, el clima húmedo tiene una compensación en las tuberías, donde resulta muy complicado que se produzcan congelaciones, ya que históricamente nunca se han alcanzado temperaturas extremadamente frías. Una por la otra. Las reparaciones de los inmuebles se suelen contratar directamente con empresas especializadas, sobre todo cuando se trata de desperfectos que afectan a toda la comunidad –goteras en zonas comunes o tejado-, ya que, en caso de que se realicen por cuenta de un particular, puede conllevar problemas posteriores.
Los trabajos de mantenimiento, al margen de las roturas o fisuras puntuales, son otro quebradero de cabeza económico que, en todo caso, pueden ayudar a que se ahorre posteriormente. Uno de los ejemplos más sobresalientes es el tejado: si se deja mucho tiempo sin actuar posteriormente la inversión puede superar las cuatro cifras. En el caso de tuberías, maderas nobles o paredes la prevención, sostienen los expertos en interiores y propiedades, también puede suponer un ahorro.