Una de las cualidades que caracteriza a los manteles como elementos decorativos es que, por lo general, son piezas únicas con carácter elegante, multifuncional y/o divertido.
Cuando se observa un mantel se puede determinar la temática de una cena y requiere de un mantenimiento especial que es más sencillo de lo que se puede pensar y que va más allá de la simple lavada.
Al momento de secarlos luego de su correspondiente lavada, lo mejor es hacerlo en el tendedero asegurados en sus laterales, esto con el fin de que no se marquen en el centro; que no toquen el piso; bien estirados y preferiblemente muy mojados para que le peso del agua los estire y el planchado sea más fácil.
Si el mantel es colorido procure que se seque a la sombra o después de la luz del sol del mediodía. Si es inevitable evitar una fuerte luz solar, cuélguelos al revés para que perduren más los colores originales.