Tener en cuenta los puntos cardinales de su jardín puede favorecer el crecimiento de las plantas. A la hora de establecer la organización de un pequeño jardín o de un huerto ornamental hay que tener en cuenta no sólo aspectos ornamentales, sino también cuál será la ubicación más adecuada para cada planta.
El lugar correcto para cada planta suele venir determinado por varios factores como son el clima,la humedad, o incluso el tipo y composición del sustrato del suelo. Además de todos estos factores conviene añadir uno más y quizás el más desconocido, se trata de la orientación.
Del mismo modo que hay plantas que se ajustan mejor a un tipo de suelo que a otro, existen plantas que vegetan mejor con una orientación determinada frente a otras ubicaciones. En consecuencia, las plantas orientadas hacia el norte deben de ser muy resistentes para poder soportar cualquier inclemencia meteorológica, ya que funcionarán como una especie de barrera para el resto de acompañantes del jardín. Un claro ejemplo de este tipo de plantas es el romero.
Las especies que se planten en la orientación sur deberían ser capaces de ofrecer calor al resto del conjunto del jardín. La Salvia por ejemplo puede realizar este trabajo.
En la zona este del jardín lo adecuado será plantar ejemplares que cuenten con cierta capacidad para mantener las plagas y enfermedades a raya, como la Caléndula por ejemplo.
Por último en cuanto al oeste la elección ideal es colocar plantas que ofrezcan un brillo especial cuando se produce la puesta de sol. La variedad es muy grande, pero el clavel sería una de las especies adecuadas para esta orientación.